Crecimiento y maduración del bebé. Las etapas madurativas
A menudo me preguntan cuándo salen los primeros dientes. Eso viene a cuento de que el bebé a los 3-4 meses se mete la mano en la boca y babea mucho. otra vez los mitos populares; el bebé se mete las manos porque está “preparando las encías” o porque le duelen ya las encías; y por eso también babea mucho. Pues NO . No es así. Veamos cómo son las etapas madurativas del bebé para entenderlo mejor.
Para entender estos hábitos en el bebé del primer año tenemos que conocer las etapas madurativas del niño durante el crecimiento, sobre todo en los primeros dos años de vida, que es cuando se encuentran los hábitos más llamativos y que se toman como hitos en el crecimiento. Llevarse todo a la boca, babear, succionar, controlar esfínteres, etc.
Cuando el bebé nace trae el reflejo más importante, que es el de succionar. Esto le permitirá alimentarse, tomar el pecho. Aquí empieza la etapa oral. Durante esta etapa madurativa, la zona de la boca y su alrededor tienen una gran sensibilidad. Por eso cualquier contacto con esta zona hace que el niño busque el pecho abriendo la boca. A su vez, succionar le brinda mucho placer y lo estimula. Por eso fabrica mucha saliva. Como no es capaz todavía de tragar toda la saliva que produce, babea. A veces se chupa las manos, y esto es bueno en esta etapa, porque estimula la zona de la boca y brinda placer, pero además reconoce su mano. Incorpora su mano a su esquema corporal a través de la boca. Por eso recomendamos dejar al bebé que se chupe las manos y no poner mitones o guantes, sobre todo los primeros días de vida. Costumbre que se practica con el fin de que no se arañe la cara.
Chupete sí o no?. Todo lo que sirva para succionar está bien. El chupete calma la necesidad de succionar y a veces es una gran ayuda cuando el bebé llora y no le toca comer, por ejemplo.
La etapa oral dura mas o menos hasta el año y medio ( 18 meses). Momento en que la zona de estímulo cambia de lugar. Nos vamos a la etapa anal. Es cuando el lactante empieza a controlar esfínteres. Pero como toda etapa evolutiva no comienza de golpe sino que hay una etapa de transición, que es muy importante respetar. Eso quiere decir que el niño irá sintiendo que puede controlar cuándo hacer caca. Durante ese lapso, es importante que respetemos sus tiempos. No apurarse y noquitar los pañales todavía!. Durante cierto tiempo, que varía de niño a niño, existe una necesidad de llevar todavía los pañales aunque controle parcialmente. Allí “negociaremos” con el niño el momento adecuado para que deje los pañales definitivamente. Lo mejor es que el niño pida que se los quiten porque ya no los quiere mas.
Porqué es tan importante respetar estos períodos madurativos?
Porque es muy importante que se cumplan correctamente, sin apurarse. Cada niño es un individuo por separado, a quien hay que respetar en sus tiempos. No podemos exigir que un niño deje los pañales repentinamente porque así se lo piden en la escuela infantil o guardería. Sino que esperaremos a cuando ése niño esté preparado para dejarlos.
Qué puede pasar si no respeto esas etapas?
Un prolongación importante de una etapa puede significar que ese niño no la está pudiendo superar. Por ejemplo, no puede dejar el chupete o el biberón. Por lo tanto tenemos que veer qué le está ocurriendo. Mejor consultar con el pediatra en esos casos. A ese mismo niño que no puede dejar la etapa oral no se le puede exigir que deje sus pañales de forma ordenada si todavía no pudo resolver su etapa oral.
Así mismo, forzar el abandono de los pañales a un niño que aún no está preparado madurativamente puede hacer que empiece a mostrar dificultades con sus hábitos intestinales. Los mas frecuentes son el estreñimiento (o constipación) y la retención fecal. El niño no quiere hacer caca si no es en el pañal. Retiene haciendo un esfuerzo con sus esfínteres y anulando el reflejo defecatorio. Lo que lleva a fabricar bolos fecales difíciles de evacuar. En ese caso también conviene consultar con el pediatra
Por último es importante resaltar que toda experiencia traumática en un niño, como por ejemplo tener un hermanito justo en el momento del paso de una etapa a otra-por ejemplo entre el año y medio y los dos años- puede hacer que no pueda dejar el chupete o el biberón y que no pueda dejar los pañales.