El llanto del bebé es una forma de pedir algo. El bebé, sobre todo el recién nacido, llora para comunicarse con su mamá. Hay dos formas de comunicarse entre la madre y su hijo: una es a través del contacto visual; la otra es el llanto del bebé.
Recordemos que las necesidades básicas de un recién nacido son muy simples, comida, temperatura y el contacto con su madre. Cuando tiene hambre o necesidad de succionar (el pecho) lo pide llorando. La succión es un reflejo primordial, es el que satisface la necesidad más básica del bebé. Si lo ponemos al pecho, o, inclusive si usamos el chupete y éste se calma, entonces lo que quería era succionar o comer. La mayoría de las veces el bebé se calma sólo con que la madre los coja y se lo ponga sobre su pecho en lo posible, piel con piel. La cercanía, el calor y a veces el latido del corazón de la mamá calma enseguida al niño.
Es muy importante el factor del contacto directo piel con piel, los masajes (con cualquier crema o aceite orgánico. Se ha demostrado en estudios serios que a mayor contacto, se establecen mejores conexiones neuronales en el cerebro del bebé (que está en formación), y estos niños serán en el futuro, más seguros de sí mismos, socializarán mejor con otros niños, serán menos temerosos y por supuesto más felices.
Es muy importante saber que durante los primeros 3 a 6m del bebé, se establecen las conexiones neuronales más básicas e importantes para el desarrollo de la personalidad futura. Es como el esqueleto de un edificio. Si el esqueleto del edificio está torcido, ese niño tendrá problemas de adaptación en su personalidad. Por eso es que los pediatras no debemos dejar de insistir en que el contacto con el bebé, las demostraciones de cariño y satisfacer sus necesidades más básicas son lo más importante que podemos hacer. A veces más importante que la propia comida.
Y recordar: Coger en brazos al bebé todo lo que sea necesario. Eso no lo malacostumbrará. Todo lo contrario. Lo hará más feliz en el futuro. Es una inversión.