La importancia de los primeros 3 meses
Después de estar 9 meses en el útero materno el bebé nace; pero en realidad nace antes de estar totalmente preparado para la vida en el ambiente exterior. Con lo cual los primeros tres meses son fundamentales para el crecimiento y desarrollo.
Lo primero que hace el bebé cuando nace es buscar los ojos de la madre. Entonces fija la mirada y la reconoce. Los seguirá buscando cuando coma, sobre todo al ponerse al pecho. La mirada del bebé hace que la madre produzca mas leche, y la mirada de la madre favorece el crecimiento y maduración del cerebro del niño. Allí es cuando empiezan a aumentar las conexiones neuronales del bebé y a adquirir mayor complejidad.
Otro estímulo importante es el tacto. Las caricias y masajes de la madre (o el padre si fuera necesario) hacia el bebé también estimulan las terminales nerviosas que parten desde la piel (millones en todo el cuerpo) hacia el cerebro y llevan datos. Información también importante para la maduración cerebral.
Pero el estímulo más importante; tanto o mas importante que la comida es el afecto materno. Está comprobado que los niños que son separados de sus madres a edades muy tempranas por razones mayores, o son huérfanos y viven en hogares u orfelinatos, son niños mas inseguros, con pocos recursos para defenderse y con mucha dificultad para la socialización. Un niño que recibe atención, afecto y con muchas caricias crece con más seguridad y le será más fácil la socialización y la relación con sus pares.
Durante los primeros 3 meses es cuando el cerebro crece en complejidad. Se construye el esqueleto de lo que será la psiquis de la persona. Si esa estructura fundamental no se construye en forma adecuada, luego será muy difícil reparar los defectos que se observarán sobre todo en la conducta del niño y hasta en el adulto.
Por lo tanto es importante en los primeros 3 meses: Tocar mucho al bebé (los masajes son una muy buena herramienta), mirarlo a los ojos, susurrarle al oído (sobre todo cuando llora sin una causa aparente). Y recordar que cuando el bebé llora es porque está pidiendo algo; y no siempre es porque tiene hambre o porque le duele la barriga.