Un nuevo informe de especialistas urge el diagnóstico temprano y la derivación rápida para el comienzo del tratamiento
En diciembre, la Academia Estadounidense de Pediatría publicó un nuevo informe clínico sobre el autismo, un documento extenso con una enorme lista de referencias, que resume 12 años de intensa investigación y actividad clínica.
Cada vez los pediatras vemos más casos en los que se plantea la posibilidad de la presencia de alguno de los trastornos del espectro autista (TEA). Las características diagnósticas más destacadas de Trastornos del Espectro Autista son problemas persistentes con la comunicación social, incluidos problemas con la conversación, con la comunicación no verbal y las señales sociales, y con las relaciones, junto con patrones restringidos de comportamiento repetitivo, que incluyen movimientos repetitivos, rutinas rígidas, intereses fijos y diferencias sensoriales.
En los últimos 12 años mucho ha cambiado en particular porque hay más conciencia en los médicos y en la comprensión del trastorno dirigidos a la planificación junto con las familias para apoyar a los niños a medida que crecen.
Un mensaje clave del informe es el énfasis en la identificación temprana y la derivación para el tratamiento, incluso si el diagnóstico de autismo se sospecha y aún no hay confirmación del mismo. Los resultados son mejores cuando el tratamiento comienza lo antes posible
La edad promedio de diagnóstico ahora es de alrededor de 4 años, pero el objetivo es obtenerla por debajo de los 2 años. Y los niños que están en mayor riesgo, por ejemplo, aquellos cuyos hermanos tienen TEA – debe recibir una evaluación y atención especialmente cuidadosas.
Dado que a veces no hay acceso a especialistas en el tema, se espera que haya más pediatras de atención primaria trabajando con las familias, por eso sería bueno ver a más pediatras generales y proveedores de atención primaria trabajando con las familias, incluso mientras esperan una evaluación completa, remitiendo a los niños pequeños a una intervención temprana o a programas preescolares especiales, para que el tratamiento pueda comenzar.
El tratamiento es el apoyo conductual y la intervención temprana, y con programas de comportamiento más niños con estas características aprenden a comunicarse socialmente
Ahora estamos más familiarizados con el hecho de que los niños con autismo tienen muchas afecciones concurrentes, como el trastorno por déficit de atención con hiperactividad, discapacidad intelectual, problemas de sueño, convulsiones, ansiedad y una selectividad alimentaria severa.
A menudo son niños cuyas dificultades de comunicación pueden dificultarles la explicación de sus problemas o dolores, lo que puede conducir a todo tipo de problemas de conducta.
Un niño con TEA necesita un plan integral que aborde los problemas de comportamiento y la programación educativa que sea apropiada para las fortalezas y debilidades del niño. Algunos niños pueden necesitar terapia ocupacional para problemas sensoriales; otros tienen retrasos en el lenguaje.
No hay medicamentos que puedan corregir los síntomas centrales del autismo. Pero la medicación puede ayudar a abordar algunos de los problemas concurrentes, como el TDAH, la irritabilidad, la ansiedad o la depresión.
Hay algunos niños con “resultados óptimos”, especialmente aquellos diagnosticados muy temprano. Pero para muchas familias, será necesario que haya conversaciones sobre “trabajar en la transición, desde la escuela primaria hasta la secundaria, desde la escuela secundaria hasta la edad adulta”, conversaciones que pueden incluir temas como la formación profesional y la tutela.