La medicación preventiva en el tratamiento del asma infantil
La indicación de aerosoles con corticoides inhalados para el tratamiento del asma infantil esta muy generalizado. Muchas veces se los indica como medicación preventiva.
Durante los dos o tres primeros años de vida es común que los lactantes y niños pequeños presenten bronquiolitis a repetición, por lo que se los medica con estos aerosoles con la creencia de que “previenen” los ataques de bronquiolitis.
En los niños mayores, también se recurre a la medicación “presuntamente preventiva” por la misma razón.
Existen varios puntos que vale la pena aclarar para derribar algunos mitos.
Durante los primeros 3 años de vida es muy difícil llegar a la conclusión de que un bebé tiene asma; ya que como dice el dicho “todo lo que silba no es asma”. En estos casos se demostró en varios estudios que los corticoides inhalatorios (budesonida, fluticasona, etc) no previenen nuevas crisis. Sobre todo porque lo que ocurre en las bronquiolitis a repetición, es que los bronquíolos de algunos bebés son más finos que lo que deberían ser normalmente (2 mm. De diámetro o menos), entonces cualquier infección por un virus respiratorio, los inflama, y éstos se cierran parcialmente, provocando el típico silbido (sibilancia).
Debemos tener en cuenta que normalmente, un niño de edad pre-escolar tiene una infección respiratoria por virus cada 15 o 20 días. Y esto es inevitable, sobre todo en niños que acuden a guarderías o a jardines de infantes.
En los niños mayores, se puede llegar al diagnóstico de asma bronquial, y la medicación mal llamada preventiva, se puede y debe dar con el fin de que el niño pueda llevar una vida normal, sin síntomas (tos o fatiga), que pueda hacer ejercicios, que mantenga una función pulmonar normal (espirometría) y que la crisis de asma sea mas leve.
Existen dos tipos de drogas. Los corticoides inhalatorios (budesonida, fluticasona, solas o combinadas con broncodilatadores) y los inhibidores de los leucotrienes (montelukast, Singulair) que se administra por via oral. En general se los indica como medicación preventiva.
En todos los casos estos tratamientos se deben dar a las dosis necesarias y sólo por el tiempo que son necesarios. Evitando así la costumbre de poner un aerosol cuando comienza el invierno y quitarlo en el verano.
Recordar que ninguno evita las crisis. Y menos en los niños más pequeños. Por lo tanto no deben ser llamados medicación preventiva.
Hasta cuándo debe dejarse el tratamiento “preventivo”?Hasta que no haya mas síntomas, y lo que es más importante; hasta que la función pulmonar (espirometrías) se normalice.
Responden todos los niños a este tipo de medicación?. NO. algunos responden a los corticoides inhalatorios y otros a los inhibidores de los leucotrienes. Y algunos, no responden a ninguno. Por eso es que hay que evaluar muy bien cuando se los usa, si funcionan o no. Con espirometrías (en los lactantes también de ser posible). Porque sino se corre el riesgo de poner un corticoide durante meses sin necesidad e inútilmente.
Qué efectos indeseables tienen estas drogas?. Los corticoides inhalatorios usados durante un tiempo prolongado (meses) frenan el crecimiento en un centímetro al año. Esta diferencia se corrige luego de suspenderlos. Los inhibidores de leukotrienos en general no tienen efectos indeseables salvo algún dolor de cabeza o irritabilidad en algunos niños.
En resumen: Tanto los corticoides inhalatorios (budesonida, fluticasona), como el montelukast (Singulair) no previenen las crisis aunque mantienen las vías aéreas no inflamadas.
Se deben indicar hasta que no haya mas síntomas y que la espirometría sea normal.