Los mocos y los niños
Frecuentemente los mocos son motivo de consulta en pediatría.
Pero cabe en este caso insistir una vez más que “los mocos no son una enfermedad”. Estos son solo una secreción del organismo para proteger las mucosas. Por eso se llama “mucosa”, porque está cubierta de “moco”.
El tracto respiratorio está cubierto por una mucosa protectora, que está para proteger y es la primera barrera contra microbios y partículas nocivas que hay en el aire.
Un niño sufre una infección vírica respiratoria unas 15 veces por año en sus dos primeros años de vida, por lo tanto, en cada una de ellas reacciona fabricando más moco para defenderse de los virus. Claro que, entre un virus y otro no le da tiempo a limpiarse del todo, así que, por eso un niño de 8 meses o un año parece que “siempre tiene mocos”, y eso preocupa.
A veces, en casos en que hay una predisposición, que es genética (o sea hereditaria), hay personas que producen más moco que otras, y si a eso agregamos que tiene una “hiperreactividad respiratoria” (aquellos casos en que el tracto respiratorio reacciona exageradamente frente a agresiones víricas), entonces sí tenemos que hacer algo, pero no porque los mocos sean malos, sino porque además del moco hay mucha inflamación.
Otra preocupación de los padres es “cómo hago para que saque los mocos”, como si la salida de los mocos significara la curación del problema. Pues el niño irá sacando los mocos con sus propios mecanismos. No existe ningún medicamento “para sacar mocos”. Los “jarabes para los mocos” no sirven y no se deben usar.
Otro mito es que la leche produce más mocos. Eso no es cierto. No hay ningún estudio serio que lo demuestre.
Por lo tanto:
- Los mocos no son una enfermedad
- Los mocos por sí solos no se deben tratar
- Los jarabes para sacar los mocos no existen
- La leche no produce más mocos