Como todas las demás respuestas del organismo, la tos es un mecanismo de defensa. Nos permite expulsar de las vías respiratorias sustancias, microorganismos y partículas extrañas.
La tos puede ser seca, generalmente al comienzo de un proceso infeccioso vírico (los mas comunes en los bebés y niños), o húmeda, con catarro; generalmente la tos seca se convierte en húmeda a los días de haber comenzado la infección).
¿Cuándo me tiene que preocupar la tos?
Cuando va acompañada de dificultad respiratoria. Eso se nota porque el niño respira en forma más acelerada (frecuencia respiratoria elevada), cuando le cuesta respirar, o cuando no deja dormir o le impide comer.
¿Qué tengo que hacer?
En general, nada. Tratar de no dar medicamentos “para la tos”. Sobre todo los de venta libre, o aquellos que se publicitan en radio o televisión. Dar mucho líquido, de esa manera, ayudo a mantener la humedad del moco. Y por último, acudir al médico si el niño no puede comer o dormir y si tiene dificultad respiratoria.
Importante:
Si la tos dura más de una semana y sobre todo si es nocturna o relacionada con el ejercicio (cuando corre, juega se ríe o llora) debe consultarse al pediatra para descartar una bronquitis.