6 Maneras de calmar un niño enfadado
Calmando a un niño enfadado
Obviamente es normal que alguien en la familia se enfade o esté de mal humor. Pero hay maneras de ayudar a un niño que está con una rabieta o enfadado a manejar su temperamento
1. Ayúdalo a Conseguir la Paz Interior
La experiencia y estudios científicos, también, demuestran que los niños “conectados” y sus padres se enfadan menos. El niño conectado, crece con un sentimiento de “bienestar”, y tiene un modelo de tranquilidad y paz. Se enfadará, pero sabrá cómo manejar la rabia y el mal humor. Los padres conectados, a su vez, conocen bien a sus niños, por lo tanto provocan menos situaciones que pueden llevar al niño a estar enfadado. Los padres bien vinculados a sus hijos saben que no tienen que ser agresivos o ásperos para mantener el control de sus hijos.
En cambio, el niño que no está conectado funciona desde el desorden interior. En su interior siente que hay algo que no está bien, que falta algo importante, entonces se enfada por eso. Esta sensación puede seguir hasta la adultez, por supuesto. Este vació se manifiesta como una rabia hacia sí mismo y hacia sus padres. Esto pone en riesgo todo el entorno, ya que un niño enfadado lleva a unos padres enfadados y una familia enfadada.
2. No Dejes que el Niño Acumule Mal Humor
Enséñale cuándo reconocer que está empezando a enfadarse, empezando con el niño mayor de 3 años. Puedes ser alguien que lo escucha mientras él acumula su enojo. Sé un oído que escucha atentamente, ayudando al niño que elabore los sentimientos de enfado o agresivos. Sé empático, ponte en su lugar-“sé cómo te sientes!”- en lugar de juzgarlo. Los niños en general hablan sobre lo que sienten. A veces ellos acumulan frustración por algo que no pueden hacer, o porque están aburridos. Bastará con que uno les proponga una actividad nueva. Así su energía negativa disminuirá, su nivel de stress también, así como sus reacciones físicas desagradables (taquicardia, excitación, impulsividad)
3. Mira Debajo del “Chico Malo”
El niño que se comporta mal habitualmente es un niño enfadado. Si tu niño está todo el tiempo de mal humor, busca debajo de la superficie para ver qué es lo que anda mal. Cuando entrevisto a padres con este problema, suelo encontrar dos causas bastante frecuentes: Existe mucho enfado dentro de la familia- el padre o la madre están al límite todo el tiempo, y el niño incorpora estos sentimientos.; o el niño está mal porque su bienestar se ve amenazado-es decir, supone un peligro al acecho. Para ayudar a un niño que está comportándose mal todo el tiempo hay que empezar por observar a toda la familia. Deberás hacer un repaso de todas las cosas que están influenciando sobre tu hijo en ese momento. Cómo está su auto estima? Qué puede estar tirando abajo su autoestima. Qué necesidades no están siendo satisfechas? Cuál puede ser el origen de esa ansiedad interna. El enfado, la angustia y la ansiedad son sólo la punta del iceberg por lo tanto debe mirarse debajo de la superficie.
La ira interior lleva a que el niño se encierre en sí mismo. Se cubre a sí mismo de un caparazón para protegerse de su propia indefensión. Puede parecer un niño tranquilo en la superficie pero debajo, hay una presión que va en aumento como en una caldera que puede explotar en cualquier momento. Esto debe ser re-canalizado antes de que explote. Lo que el niño hace es retraerse para evitar un contacto con alguien que lo puede hacer explotar. Por ello, recomiendo ponerse dentro de la cabecita del niño y dentro de su mente. Las cosas pueden verse de otra manera desde ese punto de vista.
Para un niño es devastador oír que es un “niño malo”. A menos que esa idea se revierta, él seguirá con esa idea inmersa en su cabeza hasta la adultez. Para revertir ese proceso negativo debemos re-asegurar la idea diciéndole que “Tú no eres malo, tan solo eres muy joven, y los jóvenes, a veces, hacen tonterías” “Pero tus padres te ayudarán a dejar de hacer esas tonterías y que llegues a ser la buena persona que sabemos que eres”. Esto le envía el mensaje de que tú estás a su lado y que te importa, por lo que harás lo posible para que el niño bueno salga a la superficie.
4. La Risa – La Mejor Medicina para un Niño Enfadado
El humor hace que problemas que pueden crecer se disuelvan hasta desaparecer.
5. Sé el Modelo en las Situaciones de enojo e ira
Un padre enfadado generalmente lleva a un niño enfadado. La ira y el malhumor mal expresados o expresados en forma inapropiada anulan tu capacidad para imponer disciplina de una forma inteligente. Por ejemplo, si tu niño de 4 años hizo una tontería, como por ejemplo llenar al perro de pintura, no es el mejor momento de que pierdas los papeles. Cuanto más engorroso sea el problema, más tiempo necesitarás para tener la mente clara y actuar en consecuencia. Cada acto es diferente, y debes sopesar cuál es el verdadero significado para actuar proporcionalmente. En un estado de ira se pierde la claridad mental. Tus actitudes inconscientes llevarán a que la situación se empeore. En ese caso aplica un poco de humor, coge al perro y mientras lo llevas a bañar le dices al niño que te ayude a limpiarlo y que se haga cargo de limpiar lo que el perro ensució. De esa manera el niño no solo aprenderá a cómo manejar una situación sino cuán trabajoso es limpiar las alfombras. Un ataque de ira tuyo no solucionará el problema sino que lo agravará.
El enfado pone barreras entre el niño y los padres.
A veces el niño se retrae y se mete en sí mismo. Se lo ve enfadado, de mal humor, reacciona tempestivamente por nada. Pero sobre todo se le nota que está retraído o se auto-aísla. Muchas veces esto es porque tiene miedo a ser regañado o que le griten. En estos casos, conviene hablar entre todos en la familia y reconocer si es el caso y llegar a un acuerdo. “No nos gritaremos y nos diremos las cosas tranquilamente”. Podemos decirlo: “Me enfado cuando haces “tal” cosa…” Los niños deben saber qué es lo que está mal.
Los niños más pequeños tienen terror al ver a un adulto descontrolado, gritando. Creen que ellos son los culpables de que papa o mama se ponga así. Temen a que los abandonen o que no los quieran más. Los niños pequeños no deberían ser puestos en la situación de que de ellos depende o que son responsables de tus broncas o insatisfacciones. Si tu propio enojo se sale de control entonces debes buscar ayuda. Estas conductas pueden llevar a personalidades disfuncionales a edades más adultas.
Si tú y tu niño llevan una Buena relación no te debes preocupar porque una bronco vaya a poner en riesgo la salud del niño. De hecho, es bueno que el niño sepa que tú estás enfadado y porqué.
6. Cuidado con los Perfeccionistas!
Los niño deben aprender que está bien equivocarse. Si vemos que un niño se encuentra presionado debemos enseñarle a aliviarse. Tú mismo puedes reírte de tus errores y así él aprenderá a reírse de sus propios errores. Es normal no ser perfecto. Esto ocurre sobre todo cuando el niño se auto-exige porque supone que debe conseguir la aprobación para ser querido. Y recuerda siempre que la risa puede ayudar a aliviar momentos tensos o consecuencias por errores cometidos.